Miraflores necesita a la UIP para «amplificar su narrativa de víctima de las sanciones internacionales»

Por Maru Morales

Una delegación del PSUV fue recibida el 9 de abril por el presidente de la Unión Interparlamentaria Mundial, en Ginebra. La UIP tiene 8 años esperando que Miraflores le dé acceso pleno a una delegación que pueda verificar en el terreno las denuncias de violaciones a los derechos humanos de los diputados de oposición. El politólogo Xavier Rodríguez Franco afirmó que “la UIP está en una posición difícil ante dos asambleas que reclaman legitimidad y reconocimiento”.

Atrás parecen haber quedado los tiempos nada lejanos (2017 y 2018) en los que el PSUV mandaba a sus dirigentes a hacer lo que fuera necesario —incluso acreditarse como periodistas sin serlo— para lograr el acceso a la sede y reuniones de la Unión Interparlamentaria Mundial (UIP).

Pero lo que no ha quedado atrás es el empeño del PSUV por recuperar el reconocimiento y lugar que el partido de Hugo Chávez llegó a ocupar en ese foro de intercambio y trabajo multilateral en los primeros 15 años de este siglo. De ahí que la semana pasada y por tercera vez en los últimos tres años y medio, una delegación del PSUV viajara a Ginebra con ese cometido.

Y a la tercera fue la vencida. Lo que no logró Elvis Amoroso, enviado por Delcy Rodríguez en 2017 ni en 2018, lo logró el exministro de Comunicación e Información de Nicolás Maduro y actual presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez: ser recibido como presidente de la Asamblea Nacional por el presidente de la Unión Interparlamentaria Mundial.


“El propósito de la visita fue buscar la foto. Pero el interés del chavismo en volver a la UIP radica en que se trata de un organismo adscrito a la ONU, pero mucho más antiguo, que constituye un espacio de oficialidad internacional. El chavismo, entendiendo el cuestionamiento que pesa sobre la legitimidad del gobierno de Maduro y que es un gobierno sancionado por una red de países, va a tratar de reconquistar ese reconocimiento internacional”, afirma el politólogo Xavier Rodríguez Franco.

Punto para Jorge Rodríguez

El pasado 9 de abril, Jorge Rodríguez junto con otros cinco diputados (2 más del PSUV y 3 de los partidos cuyas tarjetas fueron reasignadas por el TSJ el año pasado) fueron recibidos por el nuevo presidente de la UIP, Duarte Pacheco, electo apenas en noviembre, y el secretario general del organismo, el camerunés Martín Chungong.

Un mes antes, en marzo una delegación de diputados venezolanos en el exilio, electos para el período 2016-enero de 2021, se reunió en España con Duarte Pacheco y le entregó una actualización sobre la persecución judicial y acoso al Parlamento. Y este 11 de abril,  Delsa Solórzano tuvo una audiencia virtual con el Comité de Derechos Humanos de los Parlamentarios, para actualizar el expediente sobre Venezuela.

En su cuenta Instagram, Pacheco dio cuenta de la reunión “con el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela”. Pero además de las fotos con la delegación oficialista, Pacheco publicó una foto de la agenda de trabajo donde se aprecia que el tercer punto de discusión del Comité Ejecutivo de la UIP ese día era: “Situación en Venezuela: el comité escuchará el reporte sobre la situación actual en Venezuela y considerará las implicaciones de esa situación sobre su representación ante la UIP”.

Al respecto, Rodríguez Franco señala: “En el caso de Venezuela, la UIP no está en una posición sencilla porque se presenta por un lado un Parlamento elegido en diciembre en una elección muy cuestionada por la comunidad internacional, sin garantías democráticas; y por otro lado, el Parlamento cuyo mandato se vencía en enero decide prorrogar su vigencia por la vía de la continuidad administrativa”.

La UIP quiere venir a Venezuela desde 2013

Al día de hoy, la UIP no se ha pronunciado sobre si reconoce al Parlamento que encabeza Jorge Rodríguez. En su página web siguen apareciendo como referencia de Venezuela los datos de la Asamblea conformada por 167 miembros, electa en 2015. Además, aún aparece Delsa Solórzano como vicepresidenta del Grulac, Grupo Latinoamericano y del Caribe.

Sin embargo, Jorge Rodríguez logró anotar varios puntos en su visita: el haber sido recibido por Pacheco en calidad de presidente de la Asamblea Nacional, la foto con toda la delegación y el haberle entregado al presidente de la UIP una invitación para que una delegación del Comité Ejecutivo visite Venezuela. Delsa Solórzano también informó esta semana que en su reunión virtual había ratificado la invitación que el Parlamento 2016-2021 extendió a la UIP en al menos dos ocasiones.

Cabe destacar que el informe más reciente (marzo 2021) de uno de los órganos políticos más importantes de la UIP, como lo es el Comité de Derechos Humanos de los Parlamentarios —del cual Solórzano también fue vicepresidenta— dice textualmente que desde 2013 se han realizado “continuados esfuerzos para enviar una delegación del Comité a Venezuela” pero dichos esfuerzos han sido fallidos por la “ausencia de una clara y decisiva cooperación del gobierno de acoger a la delegación y trabajar con ella”.

Como se recordará, en abril de 2013 se produjo uno de los episodios más graves de socavamiento institucional y democrático: los diputados de la oposición denunciaron que habiendo comenzado la sesión ordinaria, con la presencia únicamente del canal de televisión del Estado, las puertas del Hemiciclo fueron cerradas, y un grupo de diputados del PSUV golpeó salvajemente a por lo menos media docena de ellos. Algunos resultaron con fracturas y contusiones. Desde entonces la UIP ha querido venir a Venezuela a constatar esas y posteriores denuncias de persecución, acoso judicial y encarcelamiento de diputados.

En el año 2016, el gobierno de Maduro permitió la entrada al país del secretario general de la UIP, pero este no vino como parte de la Comisión de Derechos Humanos, por lo que solo pudo reunirse y conversar con parlamentarios de oposición y oficialismo pero no levantar un informe conclusivo.

¿Qué es la UIP?

La Unión Interparlamentaria Mundial es una organización que reúne a representantes de los poderes legislativos nacionales de los países del mundo. La UIP inició su actividades en 1889 gracias a «un pequeño grupo de parlamentarios” ingleses y franceses interesados en promover la paz a través de la diplomacia parlamentaria y el diálogo. Diez años más tarde, en 1899 adoptó su nombre actual. Hoy en día la UIP está conformada por representantes de 179 parlamentos y participan otros 13 parlamentos en calidad de asociados.

Bajo el lema “Por la democracia. Para todo el mundo», la organización promueve “la gobernabilidad, las instituciones y los valores democráticos, trabajando con los parlamentos y parlamentarios para articular y responder a las necesidades y aspiraciones de la gente”, dice su página web.

La UIP cuenta en su estructura con varios comités de trabajo (derechos humanos, desarrollo sostenible, seguridad, etc.) y los parlamentos están agrupados por bloques geopolíticos: el Grupo Africano, el Grupo Árabe, el Grupo Asia Pacífico, el grupo Euroasiático y el Grupo Latinoamericano y del Caribe (Grulac), al que pertenece Venezuela.

¿Para que le ha servido la UIP al chavismo?

En los tiempos de Hugo Chávez, Venezuela tuvo un rol protagónico en la UIP a través del Grulac y diputados del PSUV llegaron a presidir o vicepresidir el Grupo Latinoamericano y del Caribe en varias ocasiones.

La pertenencia al Grulac fue una herramienta importante en el proyecto de expansión política-ideológica diseñado por Hugo Chávez. Así Chávez impulsó la creación de espacios como Unasur, Petrocaribe y el Alba, desde el Grulac Venezuela afianzó la política exterior de Chávez y amplificó su narrativa revolucionaria.

Una nota del diario ecuatoriano El Universo, de abril de 2007, reseña cómo el entonces presidente del bloque regional, el diputado oficialista para ese momento Darío Vivas, que falleció el año pasado, anunciaba una investigación del Grulac contra diputados colombianos por presuntos nexos con paramilitares; otra contra diputados de Ecuador por obstaculizar una consulta impulsada por recién elegido presidente Rafael Correa; un acuerdo en rechazo al embargo contra Cuba; e informaba que en la reunión del bloque realizada en Caracas en aquella fecha, había expuesto ante sus colegas de la región en qué consistía el parlamentarismo social de calle propuesto entonces por el chavismo.

La relación con los parlamentos de la región también era clave a la hora de discutir y aprobar los numerosos convenios de cooperación multilateral impulsados por Chávez y el resto de los presidentes aliados de la región.

En aquellos años la oposición no tenía representantes en la delegación del Grulac (2005-2010) o eran minoría (2010-2015) lo que le bajaba al mínimo el volumen a sus denuncias. A partir de 2016, instalada una nueva mayoría en el Parlamento venezolano, la oposición pudo finalmente documentar, exponer y denunciar para la UIP, desde el Grulac, la situación de socavamiento institucional y persecución en Venezuela.

¿Para qué le puede servir la UIP al chavismo en el 2021?

Xavier Rodríguez Franco afirma que para el chavismo es muy importante tratar de posicionar en la UIP la narrativa perdida durante los últimos 5 años, sobre todo la relativa a las sanciones internacionales. A su juicio, esa amplificación del discurso que le da la UIP tiene más peso para ellos que ser reconocido por algún Parlamento de la región en particular.

“La capacidad de alcance del chavismo en términos de influencia política es muy reducida en este momento. Los parlamentos ya no sirven de caja de resonancia de la narrativa chavista. Ese esfuerzo expansionista que había cuando estaba Chávez ya no existe porque la petrochequera ya no existe. Pero la UIP ofrece un alcance global más poderoso para colocar su narrativa sobre las sanciones”, indicó.

A partir de marzo de 2020 y sobre todo desde que comenzó este año, la campaña internacional del grupo gobernante en Venezuela para lograr el retiro de las sanciones individuales y contra actividades comerciales y financieras específicas, ha arreciado y se ha enfocado en sostener que la pandemia y la crisis, en general, no pueden ser atendidas de manera adecuada por la existencia de las sanciones.

Y no ha habido espacio ni oportunidad perdida por Miraflores y la Casa Amarilla para exponer esa narrativa, sobre todo después de la visita de la Relatora de la ONU sobre Medidas Coercitivas Unilaterales, en febrero de este año.

“La imposición o retiro de sanciones no depende de un solo actor sino de bloques de países como la Unión Europea, o algunos países latinoamericanos. La realidad del chavismo hoy a nivel global es una realidad muy distinta a la del chavismo durante los primeros 10 años de presidencia de Chávez. En medio de esa realidad ellos buscan mantener una narrativa, ahora en el esquema de víctimas, de que son objeto de injustas sanciones, de que Venezuela es un país atacado, asediado, cercado”, señala Rodríguez Franco.

Aunque la UIP no tiene incidencia en lo que discute cada parlamento a lo interno de sus países, es un foro, un parlamento en sí mismo a donde son llevados los temas de los países miembros: “En sus reuniones y agenda de trabajo se da a conocer la realidad de los países miembros y se discute cómo ese organismo puede ayudar a buscar soluciones”, indicó el politólogo.


Artículo publicado en Crónica Uno