El primer Poder Público de Costa Rica, su parlamento 🔊

Sede actual del Poder Legislativo costarricense en su fachada principal. Llamado también el “Castillo Azul”. Fotografía Asamblea Legislativa de Costa Rica

Por Xavier Rodríguez Franco

Referirnos a la historia y presente de Centroamérica inevitablemente nos obliga a centrar nuestra atención en Costa Rica, una nación pequeña y no tan poblada, de la que no se conoce mucho en la prensa internacional, pero que no pasa inadvertida para las ciencias sociales. Con el paso de los años se ha convertido en una sólida referencia de democracia, paz social, crecimiento económico y estabilidad política, situación contratante con una de las regiones más endémicamente violentas y convulsas del mundo. Pocas son las naciones del hemisferio que puedan estar libres de golpes de estado o rupturas democráticas, por más de 60 años. Ese es el caso de Costa Rica, un país que existe y prospera en pleno corazón del hemisferio americano.

Buena parte de estas consideraciones, descansan en el funcionamos y resguardo de la salud democrática de sus instituciones, ante lo cual la Asamblea Legislativa de Costa Rica ha tenido un rol destacable del que muchos países del vecindario hispanoaméricano podríamos tomar nota.

La democracia sin palacios

El parlamento costarricense por más de 60 años, ha sesionado ininterrumpidamente en una sede originalmente diseñada para ser el recinto del Poder Ejecutivo. Esta zona de San José conocida como “Cuesta de Moras” debe su nombre a las prácticas comerciales de la época colonial. En la actualidad es el lugar en el que se asienta el parlamento.

También conocido como el “castillo azul” esta edificación de aspecto residencial, ausente de toda monumentalidad palaciega, ha sido el epicentro de un identitario estilo cívico de hacer política ajeno a la pompa y las ruidosas soldadescas latinoamericanas. Lo cual hace natural que se considere al Parlamento, no como un poder público más, sino como el “Primer Poder de la República”, ya que por décadas despacha desde una casa presidencial.

Esta curiosidad histórica de alguna manera encierra ese carácter austero de sus legislaturas, así como también las dificultades presupuestarias que la institucionalidad costarricense ha tenido que sobrellevar en su historia republicana. Desde el siglo XIX su sede ha sido itinerante de un lugar a otro, hasta que en 1958, último año de gobierno de José Figueres Ferrer (presidente desde 1953) se decide que el Poder Legislativo sesione en este recinto en el cual permanece hasta hoy.

Es desde el pasado mes de marzo de 2018 cuando se inician las obras para la construcción de una nueva sede para este parlamento, el cual debería estar listo para mediados del 2020. Sin embargo los trabajos se han visto retrasados por la propagación de la COVID19.

Esta sede tendrá un edificio de 21 pisos en los que integrará el pleno, salones paras las comisiones, sala de prensa, archivo legislativo y oficinas parlamentarias en un mismo complejo. Si bien el proyecto no ha estado libre de controversias, demoras y críticas al diseño final, después de muchas décadas la Asamblea Legislativa, tendrá una edificación que simbolice la modernidad y solidez institucional de este poder público tan presente en la política del país.

La transparencia legislativa ¿suficiente promotor de confianza?

Las diferentes legislaturas que ha tenido el parlamento de Costa Rica, con independencia de sus luchas partidistas y turbulencias políticas de los últimos años, han mantenido en un óptimo nivel los estándares nacionales e internacionales de transparencia y acceso a la información legislativa. Siendo los principales aspectos a destacar:

  • Profesionalización y capacitación continua del personal administrativo
  • Diálogo permanente con expertos, organizaciones civiles nacionales y extranjeras especializadas en parlamento abierto.
  • Modernización de los servicios informativos
  • Organización documental en multi-formatos
  • Divulgación en múltiples plataformas de comunicación digital

Todo ello ha contribuido a una sostenible confianza de sus ciudadanos con su parlamento como institución, tal como lo evidencian estudios de opinión pública como Latinobarómetro. A pesar de registrarse en los últimos años desencantos con los diputados y su gestión, Costa Rica es la tercera nación de latinoamérica que mejor valora a su parlamento después de Uruguay y Bolivia (Latinobarómetro, informe 2018).

Informe 2018. Latinobarómetro página 52

Siendo un aspecto importante de este respaldo social a la institución, los servicios que ofrece a la ciudadanía su página web, la cual además de disponer de manera organizada la información parlamentaria, ofrece un robusto servicio de solicitud de información que incluye:

  • Actividades del día
  • Perfiles profesionales y datos de contactos de los diputados
  • Información sobre salarios y costes operativos
  • Estado de cualquier proyecto de ley en el proceso legislativo
  • Informes de gestión parlamentaria de diputados y comisiones
  • Presupuestos públicos
  • Iniciativas de ley
  • Informes de comisión

Asimismo, se pueden solicitar en formato Audio-Textos cualquiera de estos de documentos parlamentarios, así como también disponen de Radio Asamblea CR una emisora radial cuya aplicación, puede ser instalada en dispositivos móviles android, con la cual hacer seguimiento en vivo de sesiones y demás actividades parlamentarias. Si bien, el diseño de la página web presenta aún limitaciones de diseño y dificultades de visualización en dispositivos móviles en alguna de sus secciones, cualquier visitante digital puede percibir el esfuerzo institucional por ofrecer un amplio servicio de información parlamentaria a la ciudadanía.

Gráfico comparativo del índice de transparencia legislativa de algunos países de América Latina para el año 2018. Fuente Red Latinoamericana por la Transparencia Legislativa (RLTL) Accede al informe completo aquí.

El parlamento de Costa Rica, tiene aún importantes desafíos que superar y trabajo político por hacer en materia de representatividad y presencia en las provincias. En la actualidad su única cámara mantiene solo 55 curules, a pesar de haberse sugerido en muchas ocasiones ampliar la cantidad de representantes. Diversos estudios académicos y organizaciones especializadas han sugerido ampliaciones que vayan ajustadas al crecimiento de su población, ya que en las últimas dos décadas la población de Costa Rica ha crecido un 25%. De igual manera, la presentación de candidaturas en listas cerradas en cada elección parlamentaria, mantienen esta noción de distanciamiento de los parlamentarios con el debate y el escrutinio público en el marco de las campañas electorales. No son pocas las críticas que mantiene la ciudadanía sobre la capacidad profesional y académica de sus diputados y su incapacidad para resolver los auténticos problemas de la población, tal como lo muestran algunos estudios independientes, como los que publica la asociación civil costarricense Accesa.

Es importante mencionar que Costa Rica ha realizado importantes avances como la aprobación del Decreto sobre Transparencia y Acceso a la Información Pública, la reforma al artículo 112 de la Constitución política, así como la implementación de buenas prácticas de transparencia recomendadas por organismos internacionales. Sin embargo, el país sigue sin una ley orgánica que regule el acceso a la información pública, así como también una Ley de Lobby que permita conocer el manejo de intereses que ocurren alrededor de la agenda legislativa del país. Por otra parte, existe una limitada participación ciudadana en las consultas públicas de las leyes, antes de ser promulgadas, lo cual desalienta la expectativa ciudadana por conocer y participar en estas dinámicas tan importantes para la democracia.

Como vemos la transparencia parlamentaria, no es condición suficiente pero si necesaria, para que haya más confianza en la representación política y con ello más participación ciudadana. Para lo cual son necesarias también otras reformas legales, mayor compromiso político de los legisladores, y ampliar el rango territorial de las consultas públicas a las leyes. Aún así, a pesar de estas limitaciones, el parlamento de Costa Rica conduce uno de los modelos más exitosos de transparencia en la información parlamentaria de toda la región latinoamericana, del cual mucho tienen que aprender otros parlamentos de la región.


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